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Análisis

SANTA CLAUS, REYES MAGOS Y LA HOJA DE RESPUESTA DE YOVIN:BREVE TRATADO DE LA DUDA BORICUA

Pero no termina ahí. Porque mientras La Fortaleza insiste en que “no hubo ninguna influencia por parte del Estado” en ese examen à la Montaigne —lo que explica muy poco y a la vez lo explica todo—, en las redes sociales ya hay quien postea un cuestionario titulado: “¿Se corrigió a mano? Marca X si aún dudas de tu propia existencia”.


Eliseo R. Colón Zayas

Presidente Periodismo Siglo XXI


Si San Agustín levantara la cabeza esta Navidad y viera la reválida médica de José Yovín Vargas Llavona, probablemente se preguntaría: ¿Es más incierto el alma humana o la secuencia de preguntas que se ofreció en esa hoja mal compaginada? Pero claro, San Agustín no tenía que lidiar con memes incendiando Facebook y X preguntando si la hoja quiso doctorarse sola.


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San Agustín nos enseñó que la verdad comienza con la duda. Montaigne, ese padre y maestro del ensayo, nos diría que si uno no puede confiar ni en la compaginación de una hoja de respuestas, ¿cómo confiar en la propia certeza de existir? Pero aquí en Puerto Rico, en diciembre de 2025, la duda no fue un ejercicio contemplativo. La duda boricua fue un examen con páginas fuera de secuencia que dejó a 132 aspirantes, incluido Yovín, preguntándose si las preguntas se tomaron vacaciones antes que ellos.


Y, ¿qué tal si todo esto no fue una simple falla administrativa, sino un síntoma del gobierno —y del gobierno de la que manda en la casa, la JGo—? La reválida es el Gran Otro que nunca existió: nuestras respuestas estaban marcadas por una ilusión colectiva. O, dicho de otra forma, como cuando los niños en Navidad preguntan “¿San Claus existe?”, y los adultos no saben si responder con fe infantil o con el cinismo de quien acaba de ver un examen corregido a mano. Porque sí: las autoridades anunciaron que, para garantizar “integridad”, ahora corregirán a mano —lo cual, en lenguaje burocrático, equivale a decir: “buena suerte con tu bolígrafo”, compadre.


En las redes, esa surrealidad filosófica se volvió meme. Un grupo en Facebook —Puerto Rico Memes – Sin Censura— ya bromea con que Yovín “se está asesorando con abogados para una demanda a Jay Fonseca” por decir cualquier cosa que no guste. La ironía no se pierde: ¡el aspirante a médico ahora sueña con códigos legales en vez de códigos ICD-10, esos que se usan para clasificar enfermedades!


Otro meme viral muestra a un estudiante sosteniendo una hoja con preguntas al revés, subtitulada: “Cuando Santa Claus te dijo que este año sí te traería suerte” —como si el mismísimo Santa hubiera intervenido para confundir a los examinados justo en diciembre. Porque claro, si dudar de Dios fue la entrada silenciosa a la fe para San Agustín, dudar de Papá Noel y de si eres figura pública o privada se convierte en la forma más moderna de ateísmo navideño local.


Y hablando de duda sobre si Yovín es figura pública o privada: si no supieras quién es, pensarías que es un pobre mortal dándole vueltas a preguntas en un salón de examen. Pero si ves las escoltas en memes que lo colocan saliendo del examen con banda sonora de telenovela, te preguntas si acaso es una figura política disfrazada de doctor aspirante o un doctor aspirante disfrazado de figura política. Porque cuando cientos de personas llevan escoltas —aunque sea en la imaginación memeística— la línea entre público y privado deja de existir y pasa a ser tema de stand up filosófico.


Montaigne escribió que “no hay mayor tormento que una duda persistente”, y yo añado: no hay mayor tormento que una reválida mal compaginada en plena temporada de Parangón y yuletide. En un meme circula una parodia de la tradicional escena navideña: en vez de el Niño Jesús en el pesebre, hay un Yovín con bata blanca tratando de armar la secuencia de preguntas como si fueran piezas de LEGO. Es el Nacimiento de la Duda Versión 2.0.


Pero no termina ahí. Porque mientras La Fortaleza insiste en que “no hubo ninguna influencia por parte del Estado” en ese examen à la Montaigne —lo que explica muy poco y a la vez lo explica todo—, en las redes sociales ya hay quien postea un cuestionario titulado: “¿Se corrigió a mano? Marca X si aún dudas de tu propia existencia”.


Ah, la duda. San Agustín la abrazó, Slavoj Žižek la diseccionó, Michel de Montaigne la celebró con ironía. Pero ninguno de ellos tuvo que enfrentar el meme que pregunta si Yovín debe repetir la reválida mientras Santa Claus firma cartas a la Junta de Licenciamiento diciendo “Yo sé quién fue bueno este año, y no fue el impresor de este examen”.


La moraleja —si tal cosa aún existe en este panteón navideño de ironías— es que la duda es universal, pero la confusión burocrática es profundamente puertorriqueña. Y si al final del conteo tú no sabes si reír o llorar, bienvenido al verdadero examen de la vida: ¿Apruebas la reválida de la entropía? En esa prueba, querido lector, todos somos aspirantes eternos mientras Montaigne escribe desde el Caribe con Wi-Fi malo y memes abiertos en otra pestaña.


 
 
 
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