OPINION
Por Carmen Enid Acevedo
Bonita Radio
Diría mi abuela Reyes Vázquez, crítica y honesta en el registro cristiano, que Tata Charbonier se puso a jugar con el Altísimo y perdió.
“Con El no se juega. A El se le sirve”, me parece estarla escuchando en una de esas ocasiones en que yo, con 15 o 16 años, dialogaba con una mujer ya de 75, en medio del calor de una tarde de verano en su amplio balcón de la casa de Reparto Metroplitano en San Juan.
Doña Reyes sabía un poco de eso. Miembra fundadora de la Iglesia Bautista de Río Piedras, le tocó ver de cerca la transformación de muchos pastores que cambiaron el púlpito “de la palabra” por la sucursal comercial del “evangelio de la prosperidad”. Que se desafilaron de la Iglesia Histórica para ir a fundar chinchales religiosos que mantenían sus arcas personales llenas a merced de la venta del miedo y del perdón de Dios.
Presencié una de esas discusiones con uno al que no voy a nombrar mientras visitaba a mi tía Lila para pedir la indulgencia de abuela. No hubo manera. Mi abuela murió en el 1986 con la convicción de que aquéllos se habían convertido en la estampa de los mercaderes del templo que convirtieron la nave principal en mercadillo desatando la ira de Jesucristo. Doña Reyes era de Canóvanas, del barrio Hoyo Frío, circundante con el Cubuy que Charbonier conoce y donde tiene una propiedad.
La convicción de “Tata” por cargos de corrupción me llevaron atrás a aquellos tiempos en que Reyes vivía con mucha Fe pero con una idea puntual sobre esa que venía de educación de principio de Siglo 20. “Para ser buen cristiano no hay que pregonarlo….solo serlo”. Esa que el viernes se vio por primera vez aturdida por un demoledor veredicto de culpabilidad en cuatro horas, debería hoy estar repasando las escrituras que re-interpretaba para discriminar y sepultar a la comunidad LGBTTIQ+ y a tantos más que no coligieran con su ideología.
En ese y todos los sentidos de su vida y obra pública, el evangelio según Tata Charbonier, sigue el catecismo de una obra literaria así como lo hizo desde la ficción, José Saramago, cuando escribió el Evangelio según Jesucristo y deconstruyó la historia desde lo mundano. ¿El detalle? que Charbonier no escribió una obra literaria ni hizo crítica del 'evangelio'. Tergiversó y se apegó sin más desde el poder de corrupción y manipulación.
Hace once años atrás, entrevisté por última vez a Charbonier cuando se ventilaban las incongruencias en las facturas que radicaba para cobrar contratos que mantenía con el Departamento de Educación y con el municipio de Canóvanas. “Eso no es cierto”, gritó a través del teléfono la entonces candidata a Representante y comenzó a vaciar los “talking points” para intentar evitar las preguntas. La entrevista terminó intempestivamente para evitar la gallera y la falta de respeto al oficio que tiene la urgencia y responsabilidad de preguntar.
Charbonier se volvió más altanera cuando ganó en las elecciones del 2012. Y a partir de ahí, su altanería aumentó cuando coincidía su ascenso en el panorama de su partido político hasta convertirse en la que atraía a los candidatos de la zona Este del país. Casi todos salidos de una “Cristo Inc”, precisamente en lo que se convirtió la nomenclatura DiosTeBendiga+ que trajo la conversión de muchos hacia la interpretación de versículos como el de Lucas 7:25 ¿Un hombre vestido con ropas finas? Mirad, los que visten con esplendor y viven en deleites están en los palacios de los reyes”. Y de ahí que Tata reclutara a esas que como “Una Mujer De Dios”, Nayda Venegas Brown corrieran las calles de Río Grande y Canóvanas buscando almas, corderos y mercaderes del templo al servicio del PNP.
No es causalidad que en el grupo, quien fungiría como presidente de la Cámara en el cuatrienio nefasto del 2017-2020, Carlos Johnny Méndez, de Fajardo, del Distrito 38 el que más iglesias tiene por milla cuadrada, también se asomara a ese cohorte de religiosos fundamentalistas. Famosa es la historia real de que le pagó $10k mensuales a su “pastora”, la que dirige la iglesia donde se congrega, AMEC, Casa de Alabanza. Wilmarie Leduc Jorge recibió $120k en un año por dirigir la Oficina de Bases de Fe y Comunitaria de la Cámara.
Sin serlo pero avistando la carroña de los votos del fundamentalismo religioso, se montó Thomas Rivera Schatz presidente del Senado, quien la reclutó cuando fueron al Tribunal Federal en guagua a apoyar al acusado, Héctor Martínez. De ahí que ese corte de fundamentalistas-políticos del PNP haya percolado a la Corte Suprema, con uno de sus voceros principales, el juez asociado Erick Koltoff, un ex director de la Oficina de Nombramientos del Senado. Hoy, un Juez con negocios en el ámbito de la educación legal continúa, un proyecto regulado por el Tribunal en el que participa.
Ese mismo Tribunal solo dio un regaño y mínimo castigo a Charbonier cuando violó cánones de ética de su profesión. No tuve consecuencias y ya en el 2017 se atrevió a chanchullar con el dinero público y de ahí que 12 miembros del pueblo adjudicaran los hechos que escucharon y vieron por 11 días consecutivos. Esos nueve mujeres y tres hombres no se constituyeron como 12 apóstoles o discípulos de la Iglesia de Jesus que tanto pregona Tata. Son personas del entorno PaísPR que debieron cumplir con reglas estrictas para el análisis de la prueba. Son gente de a pie que viven en un país que ha tenido múltiples experiencias con la corrupción sin que haya consecuencias para sus protagonistas.
La expresión del jurado se extiende como júbilo - con corito incluido - de un pueblo que al recibir la noticia encontró en ese sentimiento su más común expresión. Sacrílego o no esa fue la expresión popular.
No sabemos cómo se levantó Charbonier hoy. Si con los ojos hinchados por el sufrimiento de saber lo que le espera o por el arrepentimiento cristiano de haber llegado hasta aquí, a las puertas de la cárcel, a sus 60 años y después de desenfundar su cristianismo a mansalva.
Sus publicaciones en redes del domingo, no demuestran arrepentimiento ni constricción. Re-utiliza la palabra para seguir justificándose.
Sobre el arrepentimiento, el evangelista Sam Storm ha dicho: “El verdadero arrepentimiento cristiano implica una convicción sincera del pecado, una contrición sobre la ofensa hecha a Dios, un alejamiento del estilo de vida pecaminoso y un giro hacia una forma de vida que honre a Dios”. Tata tendría que aceptar que pecó para entonces ir a la vida cristiana con el corazón en la mano y no pregonar, sino obrar. ¿Ha sido honesta su vida cristiana? “Por sus frutos los conoceréis”, decía Reyes citando a Mateo 7:15.
Esta historia de Charnonier alegando que “todos le fallamos a Dios”, continúa.
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